Libros de analítica web

¿Por qué comprar libros de analítica web?

Para poder extraer conclusiones y tomar decisiones, lo primero que debemos hacer es determinar el tipo de información que es más relevante para evaluar el proyecto, lo que puede variar según los objetivos marcados y las necesidades de la empresa.

Las variables a medir y analizar se conocen como KPIs (Key Performance Indicators). Se trata de indicadores clave de rendimiento que aluden a los diferentes aspectos que influyen tanto directa como indirectamente en el correcto funcionamiento de las acciones y campañas que se ponen en marcha. Las empresas usan plataformas de análisis web para medir y comparar el funcionamiento de una página y valorar los indicadores clave de rendimiento que hacen avanzar el negocio, como la tasa de conversión, por ejemplo.

En función del objetivo, se usarán unos KPIs u otros, ya que cada uno de ellos analiza una cuestión diferente en cada caso y la información obtenida será más o menos útil según la finalidad que se persiga.
Pero además de ser de gran utilidad para tomar decisiones en base a datos contrastados, también nos permite valorar si las decisiones y estrategias llevadas a cabo están dando los resultados esperados. Gracias a ello, podemos marcar objetivos y comprobar si son realistas o no, algo crucial para el crecimiento de cualquier empresa.

Además, si los datos son bien analizados y las conclusiones que extraemos son consistentes, lo lógico es que los resultados obtenidos sean mejores y se logren las metas establecidas con una menor inversión de tiempo y recursos.

En resumen, la analítica web es la recolección, creación de informes y análisis de datos de una página web. Siendo su principal finalidad detectar mecanismos basados en objetivos organizativos y de usuario, con el propósito de usar la información para valorar el éxito o el fracaso de una estrategia, y de potenciar la estrategia y optimizar la experiencia del usuario.

Beneficios de la analítica web

La analítica web reporta múltiples beneficios en distintas áreas de una empresa. Gracias a ello, es posible procesar enormes volúmenes de datos para extraer información muy valiosa para la toma de decisiones.

• Fidelización de clientes: toda la información sobre actuales y potenciales clientes es realmente útil para conseguir fidelizarlos. Conocer sus preferencias, sus hobbies, su situación laboral o su edad nos ayuda a saber cuáles son sus necesidades y el interés que les generan los servicios o productos de una marca.
• Productividad más eficiente: al analizar los datos, podremos ver cuáles son las fases de producción, cuáles son los principales obstáculos a los que debemos enfrentarnos, qué puntos podemos optimizar y mejorar la productividad.
• Reducción de stock: el análisis de datos es una herramienta muy interesante para realizar predicciones sobre las tendencias en el consumo de los clientes, pudiendo fijar la recurrencia y adaptar la producción o saber los momentos del año en los que hay un mayor pico de demanda. De esta forma, podemos reducir o eliminar el concepto de stock o almacenaje.
• Menor consumo energético: un mejor aprovechamiento de los recursos dará como resultado un consumo inferior y, en consecuencia, un ahorro para la empresa.
• Personalización de productos y servicios: definiendo de manera exhaustiva el perfil de nuestros clientes, podemos optimizar mejor nuestras campañas, evitar los cambios de tendencia y dirigir los productos hacia la personalización.
• Inmediatez de servicio: dentro del análisis de datos, tenemos opción de llevar a cabo mediciones en tiempo real, lo que nos ayudará a tomar decisiones más ágiles ante una necesidad y ofrecer un producto o servicio personalizado y entregarlo con mayor rapidez si usamos mecanismos de venta y distribución tradicionales.

Cómo implementar una estrategia de analítica web

La analítica web es un proceso que se divide en varias fases. No podemos aplicarlo de un día para otro porque necesita de un estudio previo y de un periodo de adaptación de la empresa y de sus recursos, tanto técnicos como humanos. Si sólo medimos el tráfico, no terminaremos de sacarle todo el rendimiento que tiene esta herramienta. Y, aunque hay que tener en cuenta que cada empresa presenta sus particularidades, lo cierto es que hay algunos pasos básicos que podemos destacar en su implementación.

1. Escoger el sitio web en el que queremos poner en marcha la estrategia. Puede ser una página corporativa, un blog o un portal de captación de registros, por ejemplo.
2. Cada página web tiene unos objetivos concretos. Puede ser posicionarse, aumentar el tráfico de visitas, optimizar la tasa de conversión a ventas, etc. Para ello, debemos definir los indicadores clave de rendimiento (KPIs) para saber si la estrategia ha funcionado o no.
3. Seleccionar la herramienta adecuada. Ten en cuenta que debe ajustarse a los objetivos que hayamos marcado y que realmente sea de utilidad.
4. Analizar el sitio como tal en globalidad, prestando atención a cada detalle de la estructura que lo forma. Especialmente la manera en la que está organizado y cuál es el proceso que siguen los visitantes hasta que toman la decisión de compra.
5. Poner una URL concreta para cada página, de modo que puedan medirse mejor los datos. En base a ello, orientaremos el análisis a las mediciones y a conseguir informes de las mismas.
6. Poner en marcha los cambios que sean necesarios para optimizar el proceso de análisis y medición.

¿Por qué formarse en analítica web y el trabajo que realiza un analista web?

Vivimos en un contexto en el que muchas veces nos dejamos cegar por el auge del Big Data. Sin embargo, la gran diferencia no radica tanto en la tecnología como en los mecanismos de integración y tratamiento de los datos, que es lo que realmente cambia la manera de hacer las cosas. Y es que resulta mucho más interesante y productivo analizar los datos de CRM y de experiencia de usuario en globalidad para poder comprender mejor la relación de una marca con sus clientes.

En el pasado, este tipo de análisis eran complicados de gestionar por las empresas que contaban con un público potencial muy amplio. Pero, actualmente, es más sencillo profundizar en esta montaña de datos gracias a la tecnología adecuada y a los perfiles profesionales cualificados.

Un analista web toma un histórico de datos, lo prepara y lo analiza para encontrar un modelo que le permita elaborar distintas hipótesis y, según los resultados obtenidos, recomienda una o varias estrategias. Para ello, trabajan con todas las fuentes posibles de datos con el objetivo de encontrar nuevos patrones de comportamiento, detectar problemas y tomar decisiones en base a ello.

Actualmente, lo mejor que puede hacer una empresa es trabajar la optimización y el descubrimiento de información de manera conjunta para beneficiarse del conocimiento que aportan tanto el Big Data como la analítica web. Aunque puedan parecer dos disciplinas distintas, lo cierto es que la forma de pensar de ambos perfiles profesionales está muy cerca.

Eso sí, para conseguir un buen puesto como analista web, es fundamental invertir en formación específica de calidad. Y no sólo debe tener conocimientos en estadística y tratamiento de datos, sino que también tiene que contar con nociones muy diversas, como posicionamiento SEO, redes sociales, arquitectura web, marketing online y controlar la visión conjunta de negocio de una empresa.

Obviamente, es muy importante contar con una visión amplia y clara de los objetivos empresariales para poder prestar un servicio eficiente y progresar en esta profesión. Pero también merece la pena trabajar la capacidad de socialización, pues es esencial saber comunicarse con los clientes para comprender sus problemas y necesidades.